jueves, 27 de agosto de 2015


La práctica del masaje tailandés es una práctica meditativa, que influye positivamente en el practicante y en el receptor. El practicante o dador se concentra y alcanza la serenidad requerida con la que podrá elevar su sensibilidad para poder sentir los cambios energéticos en el receptor.

El masaje tailandés, por tanto, pasa a ser, de una sencilla práctica médica, a una aplicación práctica de los 4 estados sublimes del alma, que para el budismo theravada son los siguientes.


Percibir el estado metta  nos permite experimentar en nosotros mismos el amor benevolente, y también la generosidad y el deseo de llevar la felicidad al prójimo.
Karina nos lleva a sentir una gran compasión y el deseo de aliviar a quienes sufren.
Por su parte mudita nos libera de la envidia y nos llena en cambio de alegría y regocijo por los éxitos que logren los demás.
Por último, en el estado upekkha sentimos un gran deseo de ayudar a todos por igual, sin importar quienes sean.

Fundamentos del masaje tailandés:

Su base se encuentra en la visión del ser humano como un todo, en la unidad del cuerpo, la mente y el espíritu, cuya armonía e integración logran alcanzarse o recuperarse con la ayuda de los masajes tailandeses, poniendo énfasis en la prevención de enfermedades.
Los masajes son una combinación de masaje y posturas de Yoga con miles de años de tradición e integran el trabajo con los puntos de digito presión que se encuentran dentro de los meridianos de la Medicina China y los nadis de la Ayurveda.
Estos masajes realizan un trabajo minucioso y muy efectivo de toda la musculatura del cuerpo a través de los meridianos o líneas energéticas (los 10 Sen). El bloqueo de estos canales provoca molestias, dolores y enfermedades. El terapeuta usa sus manos, pies y codos para aplicar presiones sobre puntos específicos a lo largo de estos canales, en combinación con suaves estiramientos y asanas de yoga. Se consigue un efecto a la vez energético y relajante.


Esto libera la capacidad autorreguladora del cuerpo, restableciendo el equilibrio, la salud y la armonía . Se trabajan las líneas energéticas del cuerpo, liberando todas las contracturas y estimulando la circulación energética por todo el organismo, por lo que al terminar el masaje se siente una inmensa sensación de energía y de relajación mental. La práctica de estos masajes mantiene aún hoy una gran conexión espiritual. Los terapeutas tradicionales empiezan su trabajo diario con una oración, recitada en Pali, en la que tienen presentes los cuatro estados de divinidad de las enseñanzas budistas: compasión, amabilidad, alegría y equilibrio.

jueves, 3 de noviembre de 2011

HOPI


Mi indio hopi

Cada vida debe hallar su propia revelación de la religión, así como cada vida tiene que hallar su propia revelación del amor.

Algunas vidas nunca lo encuentran.
Viven una especie de existencia a media luz; !y aquellos que viven a media luz no saben nada del poder del Sol!

Retroceden ante él, se enmascaran ante su resplandor y en cambio encienden las pequeñas velas de la forma convencional religiosa, que otros han determinado. Encienden otras velas cuyo resplandor ilumina cuidadosamente sus ordenados afectos.

¡Ellos leen en libros lo que debe ser la religión y lo que debe ser el amor -teorías del amor escritas por otro hombre!¡Y después de leer esto piensan cómo deben vivir y así es como viven!

El indio no tiene Libro del Amor, sólo el Libro de la Naturaleza. No necesita el resplandor de la vela para leerlo.

La Divina Llama, cuando llega, trae consigo la luz de la revelación individual. Ésa es la verdad de todas las religiones vitales.

El apache que sube solo a las alturas y concentra su ser en el pensamiento de las visiones de los poderes del Aire, está muy próximo a la línea del pensamiento que siguieron los Profetas aceptados por tu propia fe.

Pero el indio no tiene lenguaje escrito que recuerde las visiones o profecías de la Montaña.

Esta religión del indio no puede atraerte, toda tu educación y toda tu herencia están en contra. ¡Pero tampoco la religión de tus misioneros atrae a mi pueblo, sino que lo desmoraliza cuando éste pretende -por prudencia hacia el Gobierno y el misionero- creer lo que no cree!
¡Y ésa es la verdadera infidelidad hacia la propia alma!

El soñador de los sueños, espiritualmente fiel a sí mismo, puede crear el Sueño, que es lo más real de la Vida!
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Hay momentos que son como relámpagos de discernimiento, como un proyector que enfoca un alma! Y en uno de esos momentos, cuando tu dejaste que los ojos del indio mirasen los tuyos, el indio supo que en aquel destello, sus lazos iban más atrás que esa mirada y más hacia el futuro de lo que sus ojos podían ver ¡Es decir con los Dioses!
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¿En qué vida cabalgamos juntos hacia aquellos lugares donde te llevo hoy en mis sueños?
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En mis sueños te veo caminar por el sendero delante de mí conduciéndome hacia el Santuario del Sol. Es extraño: he tenido este sueño muchas veces.
¡Tú perteneces siempre a las alturas, oh, Señora de la Luna Nueva! Pero en los sueños te veo allí sola, y me gustaría estar a tu lado, ¡mas no puedo seguirte!
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¿Crecerán para nosotros, en los jardines soleados del otro mundo, las cosas fragantes, dulces y bellas que amamos en éste
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¡No importa cuál sea el nombre de Dios, ya que el Amor es el verdadero Dios de todo el mundo!
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Tú de la Kiva del antílope, y tú, de la Kiva de la serpiente,
tenéis que poner vuestras plumas separadas;
pero vuestras oraciones, dichas sobre las plumas, se unirán como en una lengua común.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Masaje Tailandés


La finalidad primordial del masaje tailandés es alcanzar el bienestar y restablecer el equilibrio energético, y para ello cuenta con técnicas como las presiones y los estiramientos.

El masaje tailandés es un trabajo corporal profundo que ayuda a restablecer nuestra energía vital y a reequilibrar nuestros aspectos físicos, mentales y emocionales.

Las técnicas utilizadas son presiones y estiramientos. Las posturas y los estiramientos recuerdan a los movimientos del yoga, la concentración y la sensibilidad del dador y del receptor hacen pensar en una sesión de meditación serena.